Laelia gouldiana

  Artículo publicado en el boletín de la AMO

  El otoño no sería el mismo en estas latitudes sin la floración de las Laelias mexicanas. Una de las primeras en florecer es también una de las más espectaculares: la enigmática Laelia gouldiana. Esta Laelia se caracteriza por el color muy oscuro de sus segmentos florales y por el ancho de sus pétalos. La forma casi erecta de sus hojas y lo alargado de los pseudobulbos son también un distintivo de esta especie. Las flores son de tamaño considerable de unos 6.5-7.5 cm de diámetro y el aroma que producen durante el día es bastante agradable. Las inflorescencias son de alrededor de 70-80 cm de largo y cada una produce de 4 a 8 flores, aunque a veces llegan a producir hasta 12.

        El misterio que acompaña a L. gouldiana viene desde que se descubrió. En un principio se consideró un híbrido natural entre L. autumnalis y L. anceps; sin embargo, ese híbrido (L. Autoanceps) se ha realizado varias veces y nunca ha salido algo parecido a L. gouldiana. ¿Porqué pensar que esta especie puede ser un híbrido? Bueno, la respuesta tiene que ver en que nunca se han encontrado plantas creciendo de forma silvestre en la naturaleza, y debido a que existe muy poca variación floral en esta especie. También, L. gouldiana es muy difícil de cruzar consigo misma, y casi no produce cápsulas fértiles. De hecho, casi todas las plantas que se conocen de L. gouldiana parecen ser de no más de unos cinco clones.

        Estrictamente endémica de la Sierra Madre Oriental, L. gouldiana sólo se ha encontrado creciendo en los mezquites y en las cercas de roca de las casas del valle de Metztitlán, en el estado de Hidalgo. Ahí se pueden observar plantas enormes, y los pobladores del lugar las cuidan y las propagan muy eficientemente. En algunas casas de esa región también se cultiva Laelia anceps, aunque en menor medida. La barranca de Metztitlán es famosa por ser una zona semiárida, con cactáceas columnares imponentes, y donde la lluvia media anual no rebasa los 500 mm al año. Considerando esta precipitación y la altitud a la que crece esta especie, entre 1,200 a 1,500 m s.n.m., es notorio que habita en un clima verdaderamente seco. Las condiciones de su hábitat la hacen una planta de fácil cultivo en el altiplano mexicano, ya que tolera el frío y la baja humedad atmosférica. El cultivo de L. gouldiana es sencillo, en un maceta con medio muy poroso o preferentemente en huacal (cesto de madera), en un pedazo de corteza gruesa, o en troncos. Les gusta la luz intensa, y de vez en cuando algo de fertilizante foliar. Estas plantas llegan a producir varios frentes de crecimiento al año, por lo que en relativamente poco tiempo se pueden producir plantas grandes y espectaculares.

        Yo no soy muy partidario de la preservación fuera de los ambientes naturales (conservación ex situ), pero este es un caso en donde se puede observar que esto no es tan malo. Imaginemos un campesino que se lleva a casa un pedazo de una planta de esta especie, seguramente porque no era algo muy común en su entorno, y la planta sobrevive y crece. Debido a que esa planta ha llegado hasta nuestros días, seguramente pensaremos que la colecta de la planta original haya sido hace unos cuantos años, pero lo más probable es que esto haya ocurrido en el Valle de Metztitán hace varios cientos de años atrás, no exageraría al decir que incluso este tiempo puede sobrepasar los mil años. Probablemente, Laelia gouldiana se extinguió en su estado silvestre de manera natural hace algunos cientos de años, quizá por efecto del cambio climático que ocurrió al concluir la última etapa glacial. Si este es el caso, hay muy poco que se pueda hacer para regresar a L. gouldiana a su estado silvestre. Por lo tanto, ahora sólo nos queda cuidarla en casa y evitar que otras especies se extingan por efecto del cambio climático que nosotros estamos ocasionando.

        La vida juega extrañas paradojas, y el nombre de esta especie es una de ellas. Laelia gouldiana está dedicada a un hombre de negocios de los Estados Unidos de Norteamérica: Jay Gould. La especie fue descrita por H.G. Reichenbach en 1888, lo cual nos indica que el distinguido negociante vivió hace poco más de 100 años. La paradoja en el nombre de esta especie es que ésta proviene de una de las zonas más pobres de México. Es extremadamente difícil ubicar a nuestro antepasado del milenio pasado imaginando que la planta  que se lleva a casa será dedicada a un hombre rico, el cual es completamente ajeno a todo lo que conoce (digo, los E.U.A. ni siquiera existían). Es curioso esto de que el hombre del pasado piense en el del futuro, pero que a su vez, para nosotros éste es de historia de hace un siglo. En fin, creo que Laelia gouldiana tiene una lección para cada uno de nosotros, sólo es cuestión de quererla aprender. La verdad es que hasta ahora que lo pienso, yo no había visto todo lo que la belleza de esta especie tiene  detrás.

 

 

Eduardo A. Pérez García

Departamento de Ecología y Recursos Naturales

Facultad de Ciencias

Universidad Nacional Autónoma de México

México, D.F., Cp. 04510 México

 

 

 

Laelia gouldiana - Fotos: Eduardo Alberto Pérez García -  (México)

 

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